De por sí que el tema ya es
realmente fuerte, el homosexualismo ha sido para nuestra sociedad un tópico que
llama la atención, no solo de aquellos que la consideran reprochable desde las
perspectivas morales y éticas; sino para aquellos que desde una posición más
centrada la catalogan como perjudicial para la sociedad y el mundo.
La homosexualidad vista
desde la perspectiva de la Iglesia Católica, marcó posiciones realmente
radicales para su aceptación, al igual que temas adyacentes como el matrimonio
homosexual (entendido como el contrato
social de unión marital), la adopción de menores por parejas homosexuales, el
reconocimiento del homosexualismo como práctica de una sexualidad aplicable en
la sociedad, entre otros.
Sin embargo el principal
error de la Iglesia Católica desde mi particularidad al criticar estos temas,
no es su posición moral y ética; sino el abandono de los principios doctrinales
del cristianismo en su esencia; estas divisiones suceden cuando se olvida
realmente lo que da origen al cristianismo, el ejemplo de una vida consagrada,
las sagradas escrituras; y se sustituyen por documentos, por pactos, por
relatos y demás oficios creados para la sostenibilidad de la Iglesia, no como
el cuerpo que Cristo ha llamado a formar, sino como la institución social que
cumple un papel cohesionador en la aceptación de buenas prácticas y una normal
convivencia. Es claro para la Iglesia que las posiciones son diversas frente a
las autoridades de la misma, pues dentro de los márgenes de diferenciación y creación
de sociedad las posiciones deben serlo, sin embargo, cabe resaltar una
pregunta: ¿Qué tanto puede llegar a quebrar o a dividir la relación Iglesia – feligrés,
frente a aquellos que asumen posiciones radicales frente al homosexualismo?,
bien, pues esta pregunta la dejo a consideración del lector, para que saque sus
conclusiones.
El considerar el perdón como
una salida para construir sociedad no está de menos en la actualidad, el
reconocer que los homosexuales hacen parte de la sociedad y que por ello son ciudadanos
y personas objeto de derechos, es el primer paso para construir un modelo de
sociedad que respeta y tolera la diferencia; pero, debe ser misión de la
iglesia, o mejor de la religión en sí, el ser fuente de ayuda, de cambio, de regeneración
en la sana doctrina, como Calvino lo menciono: “la señal de la buena doctrina es esta: que ella no se inclina a buscar
la honra de los hombres sino la de Dios.” Esta debe ser la misión de la
iglesia frente al homosexualismo, no nos quedemos en el coro de Rubén Blades, “No se
puede corregir a la naturaleza; palo que nace doblao jamás su tronco endereza”,
recordar que Dios nos hace creaturas nuevas en Su Gracia, es nuestra misión.
Importante leer:
La conversión de un homosexual en Ibagué
EL TIEMPO: Iglesia debe pedir perdon por el daño a los homosexuales.
La enseñanza de la Iglesia Católica sobre la homosexualidad.
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La conversión de un homosexual en Ibagué
EL TIEMPO: Iglesia debe pedir perdon por el daño a los homosexuales.
La enseñanza de la Iglesia Católica sobre la homosexualidad.
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