Con la perdida de la relación Estado-nación, por parte del imperialismo, impulsado por la lucha de clases que se basaban en el liberalismo y la socialdemocracia. El pueblo y la multitud según Paolo Virno, se han desvinculado en sus luchas puesto que uno representa los intereses burgueses y es allí donde el Estado crece de forma casi que superflua que impune su fuerza en la potestad y construcción de la hegemonía sobre los trabajadores y las clases menos favorecidas y explotadas. El pueblo nace como idea política en medio de un periodo reformista entre las clases poli clasistas del “tercer mundo” y los “centros imperialistas” del Estado de bienestar tal como lo indican Virno y Negri. A contrario, el término de multitud aún no se desliga del Estado, y este se mantiene en las bases del liberalismo, de la socialdemocracia, siendo imposible que surja una multitud capaz de oponerse a los intereses burgueses del momento. Negri sugiere que la multitud nace de la sociedad aquella que desea acabar con el capitalismo, pero sin alterar aquella institución que domina – el Estado – a su vez no planea que se liquide la empresa privada de los medios de producción, y para ello es indispensable según Negri, la alianza, la unión entre obreros para poder luchar contra la burguesía. El poder constituyente que asume Negri, se establece como la fuerza de poder que no pretende eliminar el poder o la participación burgués, sino por el contrario, considera que se debe establecer una nueva concepción del poder político logrando así instruir una nueva sociedad que sea paralela, donde la clase obrera y los explotados puedan avanzar cualitativamente en la lucha contra el capital. La resistencia al imperialismo se puede evidenciar como un eje en la lucha de los obreros, especialmente en Bolivia donde estos no resistieron más la presión por parte de la clase burgués en donde su recurso natural de tipo importación (el gas) estaba siendo mercancía para las relaciones comerciales burguesas, allí la clase obrera se tomó las calles, los campesinos, lucharon para obtener el derecho que les pertenecía por la responsabilidad de un Estado que cada vez más los estaba olvidando. Pero fue insuficiente para el poder burgués que de igual forma no permitiría que una simple clase obrera y un pequeño grupo de campesinos les arrebatara lo que ellos consideraban como su propiedad, de modo que las formas en como la clase obrera se unía, era superflua, puesto que solo en momentos de crisis era cuando consideraban su alianza, cabe resaltar que los campesinos y obreros debilitaron a la burguesía boliviana pero estos lograron armarse y así conservaron su puesto en el poder. Las revoluciones de los proletarios siempre han previsto el poder constituyente como una de sus luchas y uno de sus objetivos, puesto que romper con el orden existente es su principal fin, acabar con el Estado capitalista. Negri plantea que se desarrolle una revolución con las bases burguesas en el poder, como orden estatal lo cual no sería posible, al menos en las experiencias bolivianas no se pudo evidenciar dicho cambio. Además considera que para los obreros es imposible llegar a tomar el poder y constituirlo sin pretender primero transcurrir por unas bases comunistas que intenten derrotar el imperialismo y el capital.
Con la perdida de la relación Estado-nación, por parte del imperialismo, impulsado por la lucha de clases que se basaban en el liberalismo y la socialdemocracia. El pueblo y la multitud según Paolo Virno, se han desvinculado en sus luchas puesto que uno representa los intereses burgueses y es allí donde el Estado crece de forma casi que superflua que impune su fuerza en la potestad y construcción de la hegemonía sobre los trabajadores y las clases menos favorecidas y explotadas. El pueblo nace como idea política en medio de un periodo reformista entre las clases poli clasistas del “tercer mundo” y los “centros imperialistas” del Estado de bienestar tal como lo indican Virno y Negri. A contrario, el término de multitud aún no se desliga del Estado, y este se mantiene en las bases del liberalismo, de la socialdemocracia, siendo imposible que surja una multitud capaz de oponerse a los intereses burgueses del momento. Negri sugiere que la multitud nace de la sociedad aquella que desea acabar con el capitalismo, pero sin alterar aquella institución que domina – el Estado – a su vez no planea que se liquide la empresa privada de los medios de producción, y para ello es indispensable según Negri, la alianza, la unión entre obreros para poder luchar contra la burguesía. El poder constituyente que asume Negri, se establece como la fuerza de poder que no pretende eliminar el poder o la participación burgués, sino por el contrario, considera que se debe establecer una nueva concepción del poder político logrando así instruir una nueva sociedad que sea paralela, donde la clase obrera y los explotados puedan avanzar cualitativamente en la lucha contra el capital. La resistencia al imperialismo se puede evidenciar como un eje en la lucha de los obreros, especialmente en Bolivia donde estos no resistieron más la presión por parte de la clase burgués en donde su recurso natural de tipo importación (el gas) estaba siendo mercancía para las relaciones comerciales burguesas, allí la clase obrera se tomó las calles, los campesinos, lucharon para obtener el derecho que les pertenecía por la responsabilidad de un Estado que cada vez más los estaba olvidando. Pero fue insuficiente para el poder burgués que de igual forma no permitiría que una simple clase obrera y un pequeño grupo de campesinos les arrebatara lo que ellos consideraban como su propiedad, de modo que las formas en como la clase obrera se unía, era superflua, puesto que solo en momentos de crisis era cuando consideraban su alianza, cabe resaltar que los campesinos y obreros debilitaron a la burguesía boliviana pero estos lograron armarse y así conservaron su puesto en el poder. Las revoluciones de los proletarios siempre han previsto el poder constituyente como una de sus luchas y uno de sus objetivos, puesto que romper con el orden existente es su principal fin, acabar con el Estado capitalista. Negri plantea que se desarrolle una revolución con las bases burguesas en el poder, como orden estatal lo cual no sería posible, al menos en las experiencias bolivianas no se pudo evidenciar dicho cambio. Además considera que para los obreros es imposible llegar a tomar el poder y constituirlo sin pretender primero transcurrir por unas bases comunistas que intenten derrotar el imperialismo y el capital.
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