Estados Unidos siempre con su talante de
salvador de mundo ha sido por años en la historia un extremadamente astuto para
poner a su acomodo sus intereses en los demás países, no solo los países Latinoamericanos,
sino que de igual manera los países Europeos hacen parte de la lista de
objetivos por cumplir de dicho país.
América Latina ha sido el patio trasero de
todos los proyectos norteamericanos empezando desde la segunda guerra mundial.
Las relaciones Estados Unidos – América Latina, han tenido sus falencias en
base a que EE.UU. ha elaborado estrategias inesperadas para los países del
hemisferio sur, quiere decir que este (Estados Unidos) supo mover sus cartas,
ganar beneficios y obtener poder político de carácter imperial gracias a que
países latinoamericanos se han dejado persuadir por sus siempre ocultas
intensiones.
Cuando Estados Unidos implementa la doctrina
Monroe impone un ultimátum señalando que no permitirá la intervención de
potencias europeas en el hemisferio occidental, dando por entendido que tenía
toda la capacidad para poner en jaque a cualquier país europeo (potencial en
este caso) que intentara intervenir en los países que conformaran el mencionado
hemisferio. Ahora, si bien es cierto que Estados Unidos ha tenido la capacidad
armamentista para enfrentar una batalla con estos países, ¿se consideraba EE.UU.
dueño y señor del hemisferio occidental?, ¿acaso que país solicito la mediación
de EE.UU. en expresadas intervenciones? De igual forma es un interrogante que
también se hace el autor, por lo tanto y reconociendo las siguientes doctrinas
y planes, tales como el Plan Marshall, El Programa de Seguridad Mutua, la
Política del Buen Vecino hicieron siempre visibles la poca importancia que EE.UU.
daba a los países Latinoamericanos para ayudarlos a lograr el desarrollo
económico y político que habrían deseado. Puesto que mientras América Latina pensaba
en cooperar con Estados Unidos para obtener beneficios de carácter económico y
proteccionista; EE.UU. pensaba en conquistar espacios, mercados, territorios y
recursos de países europeos; más tarde sus objetivos tendrán la mirada hacia el
hemisferio sur.
Desde sus inicios en el periodo de la
conquista América Latina no conto con las ventajas que tenían los
norteamericanos, iniciando por las mentalidades de aquellos que querían ocupar
dichas tierras, en ello se observan las diferencias entre el tipo de
conquistadores, mientras a los territorios que hoy son conocidos como estados
unidos de Norteamérica fueron “europeos del norte que buscaban un nuevo hogar,
con miras a formar una sociedad nueva y una economía nueva”; los territorios
que hoy conforman América Latina fueron europeos del sur, emigrantes
aventureros quienes no tendían a formar una evolución cultural ni economías
nuevas y distintas. Parte de igual forma de la motivación con la que se reconocía
dichos territorios para sus conquistadores y países adscritos, América Latina
fue para Europa y principalmente España “puestos avanzados como enclaves, no
como algo separado y distante.” En cambio EE.UU. fue para Europa principalmente
para el reino unido fueron territorios que “tomaban una dirección autónoma que
conducían a la forja de una nación”.
Una vez visto el descontento que empezaba a
surgir en América Latina por las incontables veces en que su “amigo del norte”
les fallaba en su afán por conseguir el desarrollo; Estados Unidos por fin
voltea su rostro ante las frecuentes peticiones del hemisferio sur y decide
enviar un representante de alto nivel a un recorrido por América Latina para
expresar la intención de ayuda a dicho sector, este fue el vicepresidente
Nixon, contrario a lo que se buscaba con su visita, hubo un descontento aun
mayor y fue recibido con “ruidosas demostraciones y violentos tumultos” por lo
tanto esto genero preocupación en Washington y en el pueblo norteamericano lo
que incentivo a EE.UU. a recuperar su postura luego de la visita
contraproducente de Nixon. El presidente Kubitschek de Brasil indico cuales
eran las posturas que EE.UU. tenían que tomar frente a la crisis y fue desde
allí que estados unidos empezó a realizar nuevos actos para la reestructuración
de sus relaciones con América Latina.
Cuando Kennedy asume la presidencia
norteamericana, este encuentra un país con distintos problemas económicos y
fiscales que ansiaban pronta solución.
La alianza para el progreso fue la
respuesta a las peticiones de América Latina
hacia estados unidos, pero ¿fue para Estados Unidos la intención veraz de
apoyar a América latina en la búsqueda por su desarrollo? O quizás se ¿trataba
de un nuevo objetivo con sus oscuros intereses? Pues sí, estados unidos solo
demostró interés en apoyar a América Latina para que las diferentes situaciones
que afrontaba el hemisferio con las revoluciones cubanas y con Fidel Castro al
mando, no tuvieran lugar en más países de América Latina y no se “contagiaran
del virus de las revoluciones”.
Desde los inicios de la política del buen
vecino en donde Estados Unidos quería conquistar nuevos mercados
latinoamericanos para poder implementar su libertad de flujos de capital y así
poder seguir creciendo económicamente, en donde al igual daba su opción de
inversión extranjera como la opción más precisa de crecimiento económico, pero
era necesario “poner en orden la casa” para que la inversión extranjera
proveniente de Estados Unidos tuviera lugar en los países latinoamericanos. A
su vez la alianza para el progreso nace con los mismos fines, en la autoayuda
que ya estaba proclamada en El Acta De Bogotá. Criticada fueron entonces las
coincidencias con las que se observaba la alianza para el progreso y El Acta De
Bogotá y se podría inducir que estados unidos solo estaba implantando un “juego
de cifras” donde estados unidos daba una ayuda simbólica que representaba las
intenciones de desarrollo para la comunidad latinoamericana.
En si La Alianza Para El Progreso no resulto
en su ideología ser una alianza, sino que por lo contrario llego a convertirse
nuevamente en unas reformas sociales que intentaba promover Estados Unidos para
contrarrestar las acciones revolucionarias de la época y para calmar las
tensiones que se venían presentando por Cuba en el hemisferio sur, luego de
ello, y superado el conflicto con la Unión Soviética, Estados Unidos logro
calmar las intenciones de revolución y de inconformismo en América Latina.
Luego de la asumida del presidente Johnson,
este no se veía muy identificado con la propuesta de La Alianza Para El
Progreso de Kennedy, por lo tanto se establece la doctrina Johnson para
clasificar el “progreso desarrollista” que tenía América Latina gracias a las
inversiones que hacia Estados Unidos más aun después de la intervención militar
que hizo el mismo país a República Dominicana para con el rotulo de la
seguridad nacional y la no presencia de grupos de izquierda en el poder de
mencionados países, fue allí donde después de la intervención se acaba de
perder la confiabilidad de la política del buen vecino y de la doctrina Monroe
donde no se permitía la intervención de ninguna potencia en el hemisferio
occidental, además de indicar que para realizar cualquier tipo de intervención tenía
que ser consultado por la Organización De Estados Americanos, OEA, y no ser
producido de manera unilateral, por tanto la intervención de Estados Unidos a República
Dominicana señalaba la incapacidad de cumplir propias políticas de seguridad
internacional cuando de cumplir sus intereses y satisfacer sus necesidades se
trata.
Estados Unidos y América latina, se verán
siempre unidos por medio de las tierras y territorios que comparten en el
hemisferio occidental contrario a la supremacía que ha caracterizado al
“gigante del norte” frente a los subdesarrollados países del hemisferio sur.
Estados Unidos seguirá imponiendo sus prácticas pese a las resistencias,
negativas o inconformidades de los pueblos latinoamericanos.
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